Seguidores

martes, 1 de febrero de 2011

La verdadera razón de la grandeza de los Estados Unidos




Sería bastante interesante que preguntaras a un puñado de gringos acerca de sus antepasados. Ciertamente te responderán con un catálogo completo de las etnias planetarias; pero de todas una será, sin duda, la preponderante: la alemana. Y es que hablar de la tierra del Tío Sam sin pensar en hot dogs, hamburguesas, cerveza de taberna, chucrut y tubas, y otras aportaciones de la cultura germana sería..., sería simplemente estar hablando de otro país. Hoy día los German-American o Deutschamerikaner, como son llamados en ambos lados del Atlántico, son el grupo racial más grande e importante de los Estados Unidos, por encima de cualquier otro.

Destaquemos pues cuán determinante ha sido este componente en la conformación de la potencia hegemónica de la actualidad.  Para esto tenemos que volver las páginas de la historia a los días en que algunos grupos de protestantes  huían de la intolerancia del Viejo Continente, a fin de buscar asilo en las nuevas y prometedoras tierras norteamericanas. Llegaron a carretadas, principalmente de las islas británicas; pero también de los feudos alemanes centroeuropeos, donde las condiciones de vida no eran entonces muy halagadoras. Algunos tejedores menonitas teutones fundaron Germantown, en  Pennsylvania.

Citemos a modo de ilustración, un artículo de la Enciclopedia Católica:

"Los primeros alemanes eran en su mayoría granjeros en sus país de origen, y era natural que después de su llegada a los Estados Unidos, hayan escogido la misma ocupación. No hay necesidad de señalar los méritos de los granjeros alemanes, ya que esos méritos han sido admitidos generalmente en Pennsylvania, el valle Mohawk y después en el Medio Oeste. En comercio e industria, los alemanes en Estados Unidos están en segundo lugar. Hombres como Spreckels, Havemeyer, A. Busch, Fred Pabst, Henry Miller y Henry C. Frick, están entre los pilares de la industria Americana. Rockefeller está orgulloso de su descendencia alemana. Los Belmonts provenían de Alzey, los Astros de Walldorf cerca de Heidelberg, los Iselinos de Suiza. La maderera más grande del mundo es de propiedad de Fritz Weyerhäuser, un nativo de Hesse. Los Roeblings aún continúan prominentes en su línea de industria. Los prominentes banqueros son aquellos que llevan apellidos alemanes.
Pero lo más importante aunque menos conocido, es la cantidad de mecanismos hábiles en todas la diferentes ramas, diseñadores, litógrafos, etc, que en sus esferas, han hecho que el  apellido alemán sea honrado y respetado. Los alemanes son conocidos como gente trabajadora, ahorrativa y como resultado, generalmente son prósperos, por lo que la pobreza no es muy conocida entre ellos. Los americanos han aprendido que donde los alemanes se establezcan, seguramente habrá prosperidad y cultura. "Lo que hacen los alemanes, lo hacen bien", se ha convertido en un dicho común entre sus vecinos. El Puritanismo nunca encontró apoyo entre los alemanes. A pesar de que no son extravagantes, se encariñan con los placeres y diversiones sencillas de la vida social, dan testimonio de aquello sus variadas sociedades, que combinan objetos benéficos con recreación y diversión. Además es muy conocido el cariño por sus niños y su vida familiar, tienen como regla las familias largas. La industria y el cuidado del ama de casa alemana es una tradición".

En modo alguno puede ser pasada por alto la gran contribución histórica de los alemanes en la defensa e integración de lo que hoy es el territorio de los Estados Unidos. Basta el nombre inmortal del General Friedrich Wilhelm von Steuben-quien estableció el orden y la disciplina táctica entre las tropas bisoñas de Washington- para calibrar su aporte en la Guerra de Independencia. Durante la Guerra de Secesión, nadie podrá olvidar la decisiva actuación de los contingentes prusianos y los hechos de valor de Franz Sigel.

En cuanto a la cultura y educación, citemos a la misma fuente anterior:

"Aunque de los primeros colonos alemanes, la mayoría, no tenía una educación superior a la que se adquiría en las escuelas de las aldeas alemanas de ese tiempo, consideraron que era un deber construir escuelas para sus niños, y por eso, como regla, traían profesores consigo. La asistencia a la escuela siempre era considerada como cosa seria, casi tan seria como la enseñanza de la religión, que era combinada con la instrucción primaria, así las colonias alemanas preparaban el terreno para una educación obligatoria. Hombres como Muehlenberg y Schlatter hicieron mucho para mejorar las escuelas. El desarrollo de la literatura alemana en América, incluyendo miles de publicaciones, avanzó de la mano con el progreso. La primera Biblia Alemana publicada en el Nuevo Mundo apareció en 1743, cuarenta años antes que la Biblia Americana fuera impresa en América. La "Academia Pública de la ciudad de Filadelfia" , y no la Universidad de Pennsylvania, es la primera escuela americana  donde se introdujo el alemán. Gradualmente el idioma fue introducido en las escuelas públicas de las ciudades con una gran población alemana, además se establecieron numerosas escuelas privadas alemanas en diferentes partes del país. Después que los educados en escuelas americanas se enteraron de los métodos educativos alemanes, literatura alemana y ciencia alemana, ya sea directamente mediante la asistencia a escuelas para aprender alemán o indirectamente por Francia a través de Inglaterra, defendieron entusiastamente la reforma educativa basada en modelos alemanes. No es una exageración hablar de una "Germanización" gradual de la gran mayoría de universidades americanas. "Aunque Gran Bretaña es generalmente considerada como la madre de los Estados Unidos, Alemania se ha convertido poco a poco, desde un punto de vista intelectual, en la segunda madre de la República Americana. Más que ningún otro país, Alemania ha hecho de las universidades y las escuelas de América lo que son hoy en día - una fuerza poderosa en el desarrollo de la Civilización Americana" (Andrew D. White)".

Ciencia, teconología, artes, educacíón, política, cultura, gastronomía, entretenimiento, espectáculos... Los alemanes pueden jactarse de ser más que ningún otro grupo los verdaderos forjadores de la grandeza americana. Su ciencia y técnica permitió a esta nación alcanzar la Luna (Werner von Braun),  y aun uno de los más irreverentes críticos contemporáneos de su cultura (Groening) lleva esa sangre en sus venas.

A manera de epílogo, hemos puesto un enlace con la  lista de las personalidades de origen alemán que han dejado su impronta en la cultura de los Estados Unidos.  Más de uno se sorprenderá de los nombres que figuran en ella:

No hay comentarios: