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miércoles, 12 de marzo de 2008

Frau Wagner


La obra que aquí tienen cuenta con el privilegio único de haber sido rechazada y vilipendiada en dos célebres ocasiones. La primera, como libreto de un Singspiel que se pretendía representar nada menos que en el Bayreuther Festspiele, la segunda en el Foro llamado Wagnermania, cuyos prohombres pusieron el grito en el cielo al considerar el escrito como calumnioso y degradante de la grandeza de su fetiche (fanáticos los hay cual chinos). Como la tercera es la buena, esperamos que aqui corra con mucha mejor y mas justa fortuna.
Es la traducción literal y sin tapujos de un malvado libelo que anduvo circulando en tiempos de la famosa querella que enfrentó a lo más reaccionario y rancio de la música académica (léase Oso Brahms) con los representantes más vanguardistas de la llamada “Zukunftmusik” (Música del Futuro, o aber natürlich wagnerische Musik). Solía entonces pasarse de mano en mano rubricado por un tal príncipe Pajowsky, hasta descubrirse que el autor verdadero era un hombre que firmaba con las iniciales RW. ¿Richard Wagner?, ¡no!: ¡Richard Weib!
La ponemos entonces a vuestra consideración, con perdón de todos los wagnerianos del orbe.
Titulo original: Wagner, das hübsche und kluge Drache-Weib.
El Abanico de Frau Wagner
DRAMATIS PERSONAE
R. Wagner (músico de costumbres dudosas)
Liszt ( un alcahuete)
J. Brahms ( un oso fisgón y envidioso)
Cosima Liszt (una dama “cosi fann tutte”)
Von Bülow ( director de orquesta y cornudo)
ACTO ÚNICO
Escena Primera. Frente a la casa de los Bülow.
Wagner y Liszt entran en escena abrazados y zigzagueando como ebrios.
LISZT: -- Habiendo tantas damiselas hermosas y sueltas en esta ciudad, vienes a fijarte precisamente en esta belleza, ¡y encima casada! Como ves, soy objetivo y no me ciega el amor paterno.
WAGNER(aparte) : -- Si esto te lo aplicaras a tus propias obras, serías mucho mejor músico que yo.
LISZT:--¿Decías?
WAGNER:--Que soy firme y me lo tengo bien decidido ya desde hace mucho tiempo. En esto no interviene en modo alguno el gusto, sino una sugestión más poderosa que yo mismo: huelo aquí un drama inmortal como el del Tristán. Me dejo arrastrar por su cromatismo perturbador y fatal. Preciso es pues que así sea. ¡Hoy mismo!
LISZT:-- De acuerdo. Pero te prevengo que la empresa es difícil, él la tiene siempre encerrada bajo ocho candados y no la deja salir ni a misa; ademas, te juegas la salvacion de tu alma…
WAGNER (pateando):-- No me vengas a mí ahora con tus monsergas, pedazo de curita. La consigna, ¡pronto!
LISZT: -- La Trucha para Bülow; el Danubio para Brahms.
WAGNER:--Perfectamente. Cosima, voy en el acto a rescatarte de esa batuta despótica que te niega la dicha.
ESCENA II
Interior de la casa de los Bülow.
COSIMA (oprimiendo angustiada unas cuentas de un rosario entre sus manos):-- Graves e inusuales cuidados atormentan ahora mi pobre alma, y me han quitado hasta la tranquilidad que antes solía ser su remanso. La fe, que era mi único refugio lo mismo que mis escrúpulos, comienza también a abandonarme. Siento frio y vértigo entre estas frías paredes y me veo asaltada por mil locas ideas y presentimientos. Desearía que tuviese el valor de cumplir la palabra empeñada, pero al propio tiempo como quisiera también que le faltase el necesario coraje para ello. ¡Triste y singular sino el del corazón de una mujer!
Leitmotiv de Loge. Irrupcion triunfal del músico como una bola ígnea que rueda y rebota por toda la estancia, ante el espanto de Cosima.
WAGNER (con los brazos abiertos y extendidos): -- ¡Ecce homo!
COSIMA (temblando): -- ¿Cuántas veces tendré que repetiros que acudáis de modo menos indiscreto e infernal? ¿Es necesario que siempre que os presentéis a mí sea con todo ese aparato de acordes y transformaciones demoniacas, que sólo Dios sabe como conseguís?
WAGNER (besando su mano): -- Calma, tesoro. Estos son los medios necesarios que reclama la Música de la Humanidad futura. Es natural que una sociedad miope y estúpida como la nuestra no se encuentre aún preparada para estos portentos. Es la misión del verdadero artista, como la del profeta, lanzar el rayo de Donner que estremezca al mundo y parta en dos con hórrido sonido la Tierra para tender el puente a los venideros, al Hombre del tipo superior del mañana.
COSIMA (apoyando su cabeza suavemente en el hombro del músico):-- Decís cosas tan hermosas y profundas que no acierto a entender; pero el fuego verdadero de vuestro mirar me convence de lo que afirmais, como la Verdad misma del Evangelio.
WAGNER: --¿Estáis preparada?
COSIMA (tomando amorosamente la mano de Wagner): -- Sí , cuando lo dispongáis . Os esperaba con gran impaciencia. Siento que el corazón me salta del pecho. Os seguiré hasta el fin de la Tierra.
WAGNER: -- No tan lejos.
Afuera silban el Danubio.
WAGNER (golpeándose la frente con la palma): --¡Por los coj...nes de Wotan!
COSIMA (sobresaltada): -- ¿Qué ha sido?
WAGNER: --Tenemos una indeseable visita. Nuestra felicidad tendrá que esperar un poco más aún. Dejadme hacer. ¡Dejadme hacer! ( se oculta)
Llaman a la puerta.
COSIMA (temblando) : -- ¡Entrad!
BRAHMS (descubriéndose): --Buen día y todas las bendiciones del Señor, Frau Bulow. Pasaba casualmente por frente de vuestra casa, y de pronto he recordado que tengo un asunto pendiente con vuestro marido..., pero decidme, ¿os halláis sola?, ¿no os importuno?
COSIMA: -- Desde luego que no, Herr Doktor. Él no se encuentra en casa. ¿Seguís con Hans los detalles de vuestro nuevo trabajo orquestal?
BRAHMS (sonriendo socarrón):-- Algunas cosillas, jeje. Pero decidme, tenéis algún inconveniente en que le aguarde aquí un par de minutos. Espero que no tardará…
COSIMA (retorciéndose las manos):-- Naturalmente no, Doktor. Tomad asiento, os lo suplico.
BRAHMS (encendiéndose un puro): -- Espero que no tengáis empacho en que le aguarde fumando. Por otro lado, me ha parecido ver al músico Wagner rondando vuestra casa. (Entornando la mirada) ¿Acaso le habeis visto por aquí?
COSIMA (confusa):---Nunca.
BRAHMS: --Tened cuidado de él, Frau Bülow. Es un auténtico demonio engatusador de damas decentes que ha seducido incluso el corazón de un rey.., una verdadera serpiente del mal, un impío crapuloso, un...
Leitmotiv de Weib- Wagner. Vuelve a entrar el músico ataviado con el mejor vestido de Cosima, una peluca pelirroja, maquillado, ocultando con un abanico el rostro y dejando al descubierto tan sólo su mirada azul y profunda.
WAGNER: --¡Tenéis visita, Cosima! (pestañeando coquetamente) Haz el honor en el acto de presentarme con este guapo mozo.
COSIMA : --- Os pre.., pre..., os presento..., a...
BRAHMS (cogiendo galante la mano enguantada de Wagner y besándola):-- ¿Vuestro nombre, mi bella?...
WAGNER ( con voz afectada):-- ¡Frau Wagner!(Brahms coge un ataque espantoso de tos)
WAGNER: --Despacio, ¡despacio, gordito!, no es muy sano fumar. Veo que mi nombre os pone mal.
BRAHMS (reponiéndose un poco) Disculpad, Frau Wagner. No es un nombre que tenga en muy alta devoción. Pertenece a un archigranuja que es mi mayor enemigo, a un maldito hereje, sardanápalo, cerdo infame que ha enviciado la música y la somete a una tiranía espantosa propia del mayor de los dementes...
WAGNER (atajando): -- ¿No os estaréis refiriendo al gran Richard, verdad?
BRAHMS (blandiendo amenazador su puño): -- De él hablo, precisamente...
WAGNER (enrojeciendo): -- Permitidme deciros dos palabras, con el respeto que merecéis, puesto que tengo buen ojo y en vos reconozco al celebre músico Brahms, y como soy algo entendida en el oficio, hablaré discretamente. ¿Que censuráis de un hombre colosal y genial que, contrariamente a lo que afirmáis, ha tomado el relevo de la antorcha del Prometeo ahí donde ha quedado el arte de la Novena, para seguir por senderos inauditos y aventurarse donde otros no han osado llevar aún a la Musa, que presenta a los hombres nuevas formas de un arte total donde todas las disciplinas se entraman armónicamente, que emancipa a la melodía de las tradicionales cadenas de un fácil sentimentalismo y de un talento mediocre, expandiendo prodigiosamente sus horizontes para abarcar la majestuosidad del mundo y los infinitos matices de que se halla investida la humana psique...
BRAHMS (algo picado): -- ¡Que ardor ponéis en la defensa de ese bribón, mi bella! Pero os equivocáis de cabo a rabo en vuestras ideas. Ni es un nuevo Beethoven ni ha abierto las perspectivas que decís. Sus pretendidas innovaciones son una verdadera tomadora de pelo, y su supuesta revolución del drama esconde los procedimientos más absurdos y risibles: bonita cosa eso de presentar a los personajes de sus supuestos dramas con una melodía especifica, a modo de carné, ¡habrase visto un tipo más loco! Merecería que lo encerrasen...
WAGNER (temblando de ira): -- Ilustrad entonces en este piano como hacéis las cosas cuerdamente.
BRAHMS (riendo nervioso): -- Muy encantado (se sienta y ejecuta un trozo inspirado) Escuchad, mi bella, como suena una verdadera obra de arte inmortal. Os presento mi nuevo Intermezzo. Paladead los contornos de un auténtico arte clasico, noble y sereno, que se hace con todas las reglas del oficio, y al propio tiempo es capaz de recorrer las mayores audacias, pero sin salirse nunca de madre, como el arroyo del padre Bach. A esto llamo un arte, mi dama.
WAGNER (haciéndole a un lado bruscamente y tocando con una mano en el teclado sin soltar el abanico que le cubre): -- Vuestro arte apesta a viejo y caduco. El mundo del porvenir reclama un auténtico arte que rompa con todo lo antiguo e inaugure los nuevos modos (toca a una sola mano el leitmotiv de los Gigantes). ¡He aqui un arte, señor!.... ¡Aprended! (golpea iracundo con el abanico la testa de Johannes, mostrando con ello la cara).
BRAHMS (cayendo de espaldas petrificado): -- Vuestro rostro...
WAGNER: -- ¿Qué tiene de especial? ¿ No lo encontráis hermoso e interesante?
BRAHMS: -- Me resulta tan...
WAGNER: -- ¿Tan?
BRAHMS: Tan conocido y ,... ¡horripilante!
WAGNER (escandalizado): -- ¡Que decís!
BRAHMS: -- ¿Sois por ventura..? ¿Acaso…, su hermana?
WAGNER (riendo diabólicamente): --Mejor que mejor, ¡ecce homo!
Leitmotiv de Sigfrido. Wagner deviene un monstruoso dragón que persigue al músico por todo la estancia. Cosima contempla la escena muda de espanto.
WAGNER (arrinconando al oso, con voz de horrible trueno):-- Herético, habéis blasfemado de un arte divino, el único que puede llevar a la Música a su más alta realización y que asoma a la Aurora del Futuro. Ahora pereceréis por vuestra iniquidad.
BRAHMS: -¡Piedad, por el Altísimo!
WAGNER: -- ¿La tuvisteis vos para juzgar a mi música y mi persona? ¿Tuvisteis consideración para no meteros donde no se os llamaba, del modo mas perverso y alevoso y tramando perderme?
BRAHMS (hincado): -- ¡Perdonad!
WAGNER: -- Os despacharé ahora mismo al Averno.
BRAHMS: -- Vuestra música es sublime, lo mejor desde Bach, y lo nuestro no ha sido sino una inocente broma infantil…
WAGNER: --No lo merecéis, execrable bola de sebo. Vuestras partituras y persona no son dignas ni de mis deyecciones. Pero por esta vez voy a ser clemente.(Escupe sobre el músico un torrente de fuego) ¡Ahora eclipsaos al punto, mala luna!
Sale el compositor dando tumbos, humeante y chamuscado.
WAGNER (volviendo a su travestismo): --¿Reconocéis la superioridad de mi arte, Cosima? Hablad mujer, parecéis una muerta.
COSIMA: --- Habéis hecho algo infame y odioso.
WAGNER: - Sólo así escarmienta esta canalla. Ahora sí, disponeos a salir conmigo.
Silban la Trucha.
WAGNER (arrancando su peluca, arrojándola con violencia al suelo y pisoteándola): -- Los hados quieren oponerse aún a nuestra dicha, Cosima. Pero les hemos de vencer, heroicamente. Una batalla más. Ya lo verás. ¡Dejadme hacer!
Entra Bülow impetuosamente.
BÜLOW: --Cosima, he oido gran estrépito desded afuera. Huele... . ¡huele a quemado! ¿La casa arde? Decidme, ¿qué ha pasado aqui?
COSIMA: --Nada de lo que debáis preocuparos: tan sólo me afanaba diligentemente en preparar vuestra cena, y la carne se ha quemado... por exceso de celo.
BÜLOW: -- Sois una buena mujer (le besa la frente) A propósito, sed cauta: me han dicho que Wagner merodea la casa. ¿Le habéis visto por aquí?
COSIMA (confundida): -- Nunca.
BÜLOW:-- Ese hombre es un peligro. No dejan de decirme constantemente que tiene el designio de raptarte y provocar mi ruina. ¡Y que en ello le secunda el mismo viejo cabrón de tu padre!
COSIMA (tartamudeando): -- La maledicencia de la gente no conoce límites.
BÜLOW: --Serán peras o melones, pero tú no saldrás de aquí hasta que no encuentre el medio de alejarle definitivamente. Maldita la hora en que le concedí mi confianza y mercedes a ese sátiro mal nacido, lascivo que codicia la mujer ajena, y que compone los bodrios más espantosos, que busca hacer pasar como música ante una sociedad culta y decorosa.
COSIMA: -- Sois injusto con él. Pensaba que le admirabais de verdad...
BÜLOW (encolerizado):-- ¡¿Injusto?! ¿Injusto con el que urde mi perdición?, ¡admirar a ese ego monumental que pretende arrasar con las sacrosantas reglas del arte, y que no conoce un pito de técnicas instrumentales, y que piensa que puede poner en papel pautado la primer mamarrachada que le viene a la mente. ¡Bah, pamplinas!
Leitmotiv de Weib-Wagner. Nueva entrada del músico con el rostro cubierto por el abanico.
WAGNER: -- Cosima, querida. Hacedme el favor de presentarme con vuestro marido. (aparte con gesto de nausea) Si que es feo a morir el enano.
BÜLOW: -- ¿Quién es esta dama?, ¿qué hace en mi casa? ¿Quién le ha invitado? (sacudiendo por los hombros a Cosima)¿No os había prohibido las visitas?
COSIMA:-- Es..., es tan sólo que...
WAGNER (presentándose y ofreciendo el besamanos que Bülow desprecia): -- Frau Wagner: enseño piano y canto a vuestra mujer.
BÜLOW: -- Haced el favor de abandonar esta casa. Nadie ha contratado vuestros servicios, y mi esposa no está interesada en la música, ni ahora ni nunca.
WAGNER:--¡Que no sabe de la Música! ¿Acaso olvidáis deliberadamente que sois el yerno de uno de los músicos del siglo? La Musa también ha besado a su hija, so bestia (le abofetea)
BÜLOW (fuera de sí): -- No arméis tanto escándalo y salid al punto de aquí, mujerzuela. No me obliguéis a sacaros de mala manera.
WAGNER: -- Ni se os ocurra rozarme, tipejo. Saldré, porque así se me antoja hacerlo. Pero antes os cantaré cuatro verdades. He podido escuchar que atronabais contra un tal Wagner. ¿No os estaríais refiriendo al gran Richard, verdad?
BÜLOW: -- El mismo ¿pero qué diantre os interesa todo esto?
WAGNER: -- Mucho más de lo que podéis suponer. No puedo sufrir el que un cretino como vos manche el nombre del mayor músico del mundo. ¿Decís que ignora la ciencia orquestal? Y sin embargo os he podido ver repetidas ocasiones en el atrio sudar como un condenado marrano al pasar y repasar las hojas de sus divinas partituras mirando a los músicos confundido una y otra vez, sin haber podido rozar siquiera la superficie de tan magno arte. ¡No es la culpa del Gigante, sino de la pequeñez humana!
BÜLOW: --¡Callad, ramera!
WAGNER (cogiendo del piano una partitura de Brahms y agitándola ante el rostro de Bülow):-- ¿Y esto? ¿Qué significa esto? ¡Responded, traidor!
BÜLOW: -- Significa que me he vuelto cuerdo, y no volveré a tocar música de ese alienado Wagner. Regreso, como debí haber hecho desde hace mucho tiempo, a la gran tradición alemana, donde brillan los nombres de Bach, Beethoven y... ¡Brahms!
WAGNER ( haciendo trizas con furia el papel y dejando caer el abanico):-- Mirad lo que pienso de vuestro Brahms.
BÜLOW (estupefacto):-- ¡Vuestra cara! Juraría…
WAGNER (sonriendo coqueto): --¿Qué la habéis visto en otro sitio? ¿Acaso no me encontráis parecido con un querube celestial?
BÜLOW: -- Todo esto es tan absurdo pero…
WAGNER: -- Pero todo es posible… Sois un mal bicho, Bülow, un ente espantoso, una aberración de la naturaleza, un miserable roñoso que sometéis a vuestra mujer a inhumanos ayunos y cuaresmas; que le negáis la luz grata del cielo y los goces de la vida. Pero esto se termina hoy mismo: parto con ella, a una existencia mejor, le llevo con quien le dará lo que vos le negáis.
BÜLOW (chillando):-- No haréis tal cosa. Salid en el acto de aquí, puta infernal.
WAGNER: -- No maldigáis a vuestra madre, Bülow. Culpa no es de ella la falla espantosa que ha cometido al engendraros. Es momento de poner las cosas en su sitio y ajustar las cuentas (se retira la peluca) ¡Ecce homo!
BÜLOW: -- ¡Sabía que erais vos, miserable farsante! (se lanza sobre Wagner y le golpea)
WAGNER: --¡Hola! Pian piano. No excitéis mi ira o la pasareis bastante mal.
BÜLOW (sin dejar de golpearle): -- Vuestra amenaza me deja frío.
Leitmotiv de Sigfrido. De nuevo el dragón.
BÜLOW (cogiendo un ataque de risa): -- ¡Sois tan ridículo! ¿No podíais haber escogido cosa mejor para infundirme miedo? Esto es excelente y definitivo para damas y besugos; para mí precisabais una carga mucho más fuerte.
El dragón escupe fuego sobre Bülow, quien inesperadamente saca su batuta y le devuelve el torrente.
BÜLOW: -- Pedazo de idiota. ¿Os tragasteis como el resto que esto no servía sino para llevar el compás de la música? Sabed que, como Herr Doktor Faustu,s he abrevado también en la antigua Alquimia y los libros de hechicerías, domeñando el antiguo arcano (lanza un conjuro sobre Wagner y le vuelve sapo, se apodera de él) Os he pillado, animalejo. Ahora mismo os daré mala muerte. En vano me imploráis con esa repugnante mirada saltona y azul. Elegid al instante: ¿hervido, asado vivo o despachurrado?
COSIMA: -- Tened piedad de él.
BÜLOW: -- ¡Cómo!, ¿tomáis su partido?
COSIMA: -- Sabed que en vuestras manos tenéis al hombre que amo.
BÜLOW: -- ¡Y tenéis la desfachatez de decirmelo así como así ! Sois ingenua o no sabéis que con eso no conseguiréis sino exacerbar mi justa cólera y que le suplicie de la manera más atroz.
COSIMA: -- Sed buen cristiano, soltadle. ¡Si me amais, soltadle!
BÜLOW (llorando): --Os amo con toda el alma,No.. no  lo entiendo. Os he dado todo, Cosima, todo. No he faltado jamás a mis deberes de marido...y me haceis esto. Ingrata, infame traidora
COSIMA (suspirando quedo y musitando): - Mas de una vez...
BÜLOW: -- ¿Que habéis dicho?
COSIMA: --Me ha faltado el hombre: hace mucho que he dejado de perteneceros. Soltadle, y dejadme ir con él.
BÜLOW (chillando): --¡Jamás! Le mato ahora mismo, le aplasto..., y despues a vos. Os odio con toda el alma...( el sapo le muerde aprovechando la distraccion, Bulow deja caer la vara-batuta ,que Cosima recoge en el acto blandiendola contra su esposo).
BÜLOW: -- ¡Hola! Mirad bien lo que hacéis, mujer. Os puede pesar mucho. Devolvédmela (forcejea con ella hasta apoderarse de nuevo de la vara).
COSIMA: -- ¡Richard!
BÜLOW: -- Os convertiré en el peor de los engendros y os venderé en el circo mas infame, ¡bruja maldita! (el sapo Wagner pega un salto terrible y le arrebata la batuta con la boca).
WAGNER (con espantoso acento apuntando con ella a Bülow): -- ¡Sogleich, ein Schweinehund!(Bülow se hace un menudo perro de faldas mofletudo, que se pone en el acto a ladrar y aullar locamente por toda la estancia en persecución del sapo que le adelanta a grandes saltos y brinca finalmente con la vara a las manos de Cosima, que a su vez se encarama a una silla alta).
WAGNER (con voz espeluznante): -- Cosima, desencantadme con un beso. No sois precisamente una bella princesa, pero surtirá efecto.
COSIMA (hace con un invencible gesto de asco): -- Volved el de antes.
WAGNER (abrazándose a ella): -- No hay mal que por bien no venga, o como se diga... De todo esto he sido iluminado y tengo ya el argumento y hasta la música de un drama gigantesco que me dará el puesto del mayor genio de la Historia. ¿No has de callar por fin, bestia maldita?Ya te enseñaré yo a ladrar con ganas (baja de la silla, coge un palo y comienza a tundir al perro, que gañe lastimeramente).
COSIMA: -- Dejadle, os lo imploro, Richard. Ya ha tenido suficiente.
WAGNER:-- Tiempo es de poner broche final , no de oro sino de fuego, a este drama que ha de quedar para la posteridad.
Leitmotiv “hiperdramatico” del aro de fuego. Wagner rodea con el elemento al perro, quien no deja de ladrar ensordecedoramente girando enloquecido.
WAGNER: -- Vuestro destino esta ahora sellado, Hans. Pesado sueño poco a poco os invadirá dentro del cerco, y al consumirse la última flama fatua dormiréis ya como bendito. A vuestro despertar, en humana forma de nuevo, habréis olvidado completamente la nefasta nigromancia y todos estos horribles sucesos, y os consagrareis por entero a la dirección de la Musica de Wagner y no del jumento Johannes, que tal es vuestra estrella. A la mujer la llevo yo, guardarropa incluido. Por cierto, Cosima, tenéis un gusto exquisito en la elección de las telas de vuestros vestidos, me ha encantado éste , ¿puedo quedarme con él ?
COSIMA (desconcertada);-- Haced como os plazca.
Salen. El perro continúa aullando como poseso.
Telón